Barnett Newman
Reducir a la cosa misma,
donde el rojo no sabe víscera
donde negro no tiene la reputación
sucia del óxido en la entraña;
donde el rojo no sabe víscera
donde negro no tiene la reputación
sucia del óxido en la entraña;
en el lugar
en que la mesa
de jardín debe retirarse
del pozo de ceniza que comienza
a brotar
de jardín debe retirarse
del pozo de ceniza que comienza
a brotar
compulsivamente
bajos los pies;
las infinitas
mutaciones
bajos los pies;
las infinitas
mutaciones
de esta piel
que por encima del deseo
hacen pensar
imaginar
alimentar
el idílico cáncer
que por encima del deseo
hacen pensar
imaginar
alimentar
el idílico cáncer
que aniquilará
toda necesidad
de la mesa de jardín
de la mesa de jardín
y de la cosa misma
reduciendo
reduciendo
reduciendo
...
reduciendo
reduciendo
...
9 comentarios:
su poesía me da miedo
¡Ánimo!
mi querido,
odio a los cuchilleros,
espero que estés bien
besísimos
!
me debato:
...
o
¿por qué?
¡vale!
husserl daría saltos de alegría con un pie
de ver cómo la reducción fenomenológica
no sólo suspende el juicio
sino que encandila nefesh, ruaj
shlm
¡La sangre se sale del cuadro!
Da qué pensar...
Como no estoy para muchos pensamientos, lo primero que se me ocurre es que, vaya, estoy en ello. Pero la cosa misma, tal como yo lo veo, no es reducir, sino ampliar. Claro que con respecto a qué. Ampliar en el sentido de añadir. Porque estará la cosa misma y mi percepción y puesta en escena de la cosa misma, que cualquier otra percepción no hará sino ampliar de un modo inagotable (en lo posible).
Perdón.
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