miércoles, mayo 20, 2009

Quedar en calzoncillos


Lee Friedlander


EL CIGARRILO QUE INCENDIÓ EL MUNDO

Un cigarrilo en un poema de Bukowski.
Me dices: "Venga, venga..."

Pero el cigarrilo seguía ahí.
Haciéndome fumador pasivo de una marca
que no conozco, saboreando
el húmedo filtro de la tierra, jugueteando con
Santa Saliva de nuestra Esperanza.



Serás el kamikaze infinitamente detonado



Tan vulgarmente humano.

*

Actuacion dedicada a Ana Gorria, que me dejo
esta noche en calzoncillos recitando este mismo
poema entre mareas de tecnologia defectuosa.

Gracias, es usted una bendita.
Un dia seran sus bragas.
¡Que hagiografia mas pervertida!

5 comentarios:

camaradeniebla dijo...

jajaja
es un poema magnífico, querido.
siga escribiendo¡¡¡¡
nos vemos pronto.

Luna Miguel dijo...

me ha llamado para contarmelo



mis amourrrsss

Lara dijo...

una locura envidiable

dediego dijo...

Interesante.

Sr. Curri dijo...

Tecnología defectuosa!
Mentira!