jueves, abril 23, 2009

Masturbacion Negra nº 2 [Poetizando Abismos]


Gabriel Cuallado


Decir poetizar como un ejercicio de liberacion, como la elegante aplicacion de un maquillaje exageradamente favorecedor en las mejillas quebradas de los actos vitales. Gabriel Cuallado, dice en un numero añejo de la revista Photovision respecto a la fotografia de niños: "Se llega con mas facilidad a penetrar en su alma a traves de sus gestos, actitudes, etc.., pudiendose incluso poetizar su imagen con una relativa facilidad". En las lineas anteriores, alude a la naturalidad propia del niño a la hora de posar. ¿Que sentido tiene la naturalidad del crio, si el fotografo prefiere la adulteracion propia del mundo adulto para convertir el resultado en un producto redundantemente adulto?

Por otro lado, ¿que entiende Cuallado por poetizar? Es indudable que el arte es una perversion de la vida propio de vaivenes del ego. Sin embargo a la fotografia, se le podia reconocer el merito de trascender de vida-a-vida sin apenas sufrir falseamientos (con excepcion de cierta fotografia mas decididamente "creativa"). El poeta poetiza (verbo idealizado y repugnante) la vida. No obstante no poetiza la poesia. En la frase del fotografo valenciano, hace referencia a ello como una medida espiritual, casi purgatoria, pero sedimenta como una vulgar rutina de esteticista de pasarela, una posibilidad divina de alcanzar niveles artificiales, liricos y pomposos para hacer mas artistico su trabajo.

Levinas sentenciaria que la muerte es lo posible de lo imposible en contraposicion de la formula de Wahl que afirmaba que la muerte es el imposible de lo posible. Si hay algo claro en nuestra civilizacion es que la existencia es posible, es posibilidad. Se puede terminar con ella puesto que es una posibilidad, pero no se puede alterar el resultado de ese fin, que es la muerte, y por lo tanto una imposibilidad. Extrapolado esto al arte, el ejercicio artistico deviene en un posible sobre la imposibilidad (para justificar la existencia del arte, la vida se torna imposibilidad, rutina gris, y por supuesto, tambien inevitabilidad). Si la vida fuese posible al mismo tiempo que la poesia es posible, esta no tendria sentido, pues las constantes metamorfosis de la existencia eclipsarian cualquier amago poetico (y no es que exista realmente un conflicto posible-imposible vital referido a la poesia, sino meramente una alteracion explicativa). Cuallado pretende aplicar un posible a otro posible. La diferencia es que uno ya reune arte y vida en si. A diferencia de la poesia, que es una destilacion o tergiversacion de la vida, la fotografia es un medio en contacto directo con la vida. "Recordar es vivir dos veces", se dice popularmente. La fotografia cotidiana y familiar no tiene otro sentido que el de recordatorio. La transmigracion artistica puede quedar tambien en el memorandum. Es por ello que en el ambito fotografico, lo posible esta dos veces presente. La aplicacion de un tercer, o segundo si se yuxtapone en uno vida-fotografia, posible queda asi como una perversion de esa doble afirmacion de la vida.

Yo amo la vida. Y encontrar al dia siguiente el cadaver suicida de quien afirmo esto. Pareceria un disparate. Quiza seria distinto un Yo muero por la vida, pero en fotografia (tambien en poesia), esto no resulta mas que una broma de poca aplicacion practica. Es por ello que la afirmacion de Cuallado respecto a su busqueda de la naturalidad, su interes por el hombre, no coincide con la atraccion que al mismo tiempo siente por poetizar estos factores. Quiza todo dependa de una terminologia insuficiente, o una mala aplicacion y denominacion de la misma, como ya defenderia la escuela analitico-linguista.

De cualquier manera, aqui no se intenta mas que poetizar el posible error de Gabriel Cuallado...

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Exprésate cariño. El oxímoron nos hará eternos.

Enrique M. dijo...

El oximoron deberia largarse a devolver lo poco que tiene de verdad al oxigeno.

Lara dijo...

La espiral puede ser infinita, pero has mordido en la justa medida, sobre todo con ese final.

Arte Pimienta no es en absoluto mi saxofonista favorito, pero tampoco le hago ascos. Sólo sonaba en el momento en que le hice la foto a la pantalla de mi ordenador, después de escribir. Y bebía ese vino. Y dije: seamos fieles al instante (algo en realidad imposible).

Un abrazo.

Luna Miguel dijo...

Masturbacion infecta.

Esther Cabrales dijo...

Imaginaba yo esa tendecia suya al suicidio literario...